Читать книгу Lecciones sobre la Analítica de lo sublime: (Kant, Crítica de la facultad de juzgar, § 23-29) онлайн
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Era otro tiempo. Las olas desgraciadamente han deslavado la ribera de esta extraordinaria lectura. Hubo la ola Rancière primero. Jacques Rancière ha desarrollado sobre lo sublime, como sabemos, una perspectiva completamente contraria. En su obra Malaise dans l’esthétique operó una verdadera deconstrucción de la interpretación lyotardiana, desarrollando su propia lectura de la Crítica de la facultad de juzgar9. Según él, el arte es un medio que permite reparar el dispositivo social sin detenerlo. Lo sublime permite a los invisibles, a los «sin parte», presentarse, es decir aparecer sobre la escena política. Lo sublime vuelve presentable. Además, según Rancière, el régimen estético de lo sublime está en adelante perfectamente adaptado a la representación de lo inhumano. De ahora en adelante no hay ya experiencia de excepción. «Si el Edipo de Sófocles, y en particular la escena que nos muestra a Edipo sacándose los ojos, una escena cuya crueldad es excepcional, es irrepresentable en las tablas en tiempos de Corneille, ya no lo es más hoy en día», escribe Denis Skopin10. Lo sublime ya no es más entonces, por mucho que nunca lo haya sido, el lugar del diferendo.