Читать книгу Lecciones sobre la Analítica de lo sublime: (Kant, Crítica de la facultad de juzgar, § 23-29) онлайн

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Así, las posiciones de Rancière y Lyotard frente a lo sublime constituyen dos polos opuestos. Por un lado, encontramos el fracaso de la inscripción del choc sensible y el infinito de lo impresentable (Lyotard); del otro, la apertura de toda experiencia a su puesta en palabras, a su forma (Rancière). Presentación imposible de una parte, representación sin trabas de la otra.

La ola de «realismo especulativo» después. Con la publicación, en 2006, del libro de Quentin Meillassoux Après la finitude, Essai sur la contingence radicale11, se constituye un movimiento que reagrupa diversos autores que tienen en común una crítica, incluso un rechazo, de Kant. Kant sería un pensador «correlacionista«, en que todos los análisis tendrían como punto de partida la experticia (la correlación) del sujeto y el objeto, poniendo así el pensamiento frente al desafío de acceder a la realidad de lo absoluto. Kant no había podido pensar un mundo indiferente a nuestra presencia, un mundo que hubiera comenzado mucho antes que nosotros y capaz igualmente de sobrevivirnos. Puede ser que un tal mundo haya precisamente entrevisto en la experiencia de lo sublime, pero permanece sublime justamente, es decir, a la vez estético y sublimado. No es objeto de ningún conocimiento. Lo impresentable es el otro nombre del subjetivismo según el cual es la finitud la que da la medida de las cosas. Lo que la transgrede es un encantamiento limitado. Lo sublime es un escalofrío efímero. Después de lo sublime, todo entra en orden. De este orden, el realismo especulativo ya no quiere más. ¿Pero queremos realmente nosotros realismo especulativo?, habría preguntado Lyotard. Yo lo pregunto con él.

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