Читать книгу El Ranchero Se Casa Por Conveniencia. La Bonita Historia De Un Matrimonio De Conveniencia онлайн
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La sangre se mezcló con el sudor y le llegó al ojo. Brenda maldijo. El balbuceo de palabrotas produjo vergüenza en los tres ayudantes más jóvenes, aunque todos deberían avergonzarse: era culpa suya que el animal no estuviera correctamente asegurado.
—¿Está bien, señorita? —surgió la voz grave y estropeada por el tabaco del cuarto y más viejo ayudante. Manuel Bautista había puesto el pie en este rancho cuando Brenda comenzaba a usar los suyos, antes de cumplir un año. Al igual que ella, conocía el lugar de arriba abajo, pero, a diferencia de ella, él no era quien estaba al cargo.
Brenda se mordió la lengua antes de poder maldecir de nuevo. Puede que su hermano fuera sacerdote, pero ella había aprendido que eso a ella no le había proporcionado ningún pase gratuito para la siguiente vida.
—No me llames señorita. —Retiró la sangre y el sudor con su raída camisa de franela, sintiendo el duro trabajo que había realizado ese día. Levantando la vista, vio que las manos de dos de sus ayudantes apenas brillaban con el sol caliente de la tarde; sus recién estrenados sombreros estaban perfectamente almidonados y sus camisas no tenían ni una sola gota de sudor en las axilas.