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—Gracias por contribuir a la discusión, Fred. Cinco se esforzó por mantener el sarcasmo fuera de su voz.

—¿Qué sucede con Clarissa? —dijo Porter.

—¿Qué hay de ella? —contestó Cinco.

A Porter le tocó fruncir el ceño. Clarissa Costopolous era socia del departamento antimonopolio (el feudo de Porter) y él sentía cierta responsabilidad hacia ella.

—¿Se lo decimos? —dijo Porter.

—¿Decirle qué? No hay nada que decirle. Al otro lado de la mesa, Marco volvió a agitarse.

Cinco levantó una mano. A veces se sentía como un guardia de cruce. Dijo: “Tiene razón, John. Sería prematuro. Esperemos a ver qué dice Sasha”.

Fred se rió: “Parece que están seguros de poder controlar a esa muchacha. No estoy seguro de por qué”.

Cinco decidió que prefería que Fred hiciera el papel de justiciero silencioso.

Marco habló. —Quizá no podamos controlarla, pero sí podemos controlar la información a la que tiene acceso. Necesitamos a alguien con los recursos suficientes para sacar a Lang sin husmear en los asuntos privados de la empresa. Nuestro trabajo será proteger la reputación del bufete; el de ella será defender a su cliente.

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