Читать книгу El Vagabundo онлайн

14 страница из 74

«Sí, felicidades Doc. Tened cuidado con esa criatura: ¡un espeluznante miembro de la familia es más que suficiente!», ladró Matthews, lanzando al médico una media mirada de reojo. Mason no escatimó un ápice de desprecio hacia Matthews. Los separaban Peterson y el cuerpo desnudo de una pobre muchacha a la que el destino había reservado una suerte terrible.

Doc frunció el ceño, sorprendido, y Matthews salió:

«¿Sigues jugando a ser policía, Stone?»

Mason se encontró con la mirada de Peterson, convencido de que esa chispa provocaría un incendio, y lo tranquilizó con una sonrisa. Una sonrisa que se convirtió en una mueca divertida cuando sus ojos se posaron en un objeto del carrito junto al cuerpo de la chica.

«Oye, estamos de celebración, Matthews: relájate, ponte un sombrero y tómate una copa».

El rostro de Matthews se convirtió en una máscara de ira, sus puños blancos a lo largo de sus costados, apretados lo suficiente para detener la sangre. Mason le estaba entregando una escupidera.

«Pruébalo, pero estoy convencido de que lo harás bien», continuó.

Правообладателям