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Sus ojos, ya cansados por la noche que pasó investigando y redactando el memorándum, se nublaron al dar la noticia. “Ehm, bueno, de los tres jueces en ejercicio que tienen experiencia en LMD y que no tienen actualmente un caso LMD activo en sus expedientes, el juez Dolans es el peor para nosotros”.

Sasha sonrió. “De los otros dos, ¿quién habrá sido el mejor?”

“Cualquiera de los dos habría sido mucho mejor. Mattheis es un designado por Bush a favor de los negocios. Westman es una persona nombrada por Obama, pero sus decisiones han sido muy razonadas. Ambos tienen un buen historial con las LMD. Mattheis acaba de resolver un enorme LMD antimonopolio, así que probablemente no se le asignará otro durante un tiempo. Pero, hombre, es una mala suerte que tengamos a Dolans y no a Westman. Según los dictámenes que miré anoche, siempre encuentra la manera de fallar a favor del demandante”.

Terminó y dejó caer su mirada hacia su rosquilla a medio comer, avergonzado, como si de alguna manera fuera responsable de que el caso fuera asignado a un juez desfavorable.

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