Читать книгу Regreso a mí. Vivir una menopausia consciente онлайн
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No hace muchos años que la medicina se ocupa de la salud de la mujer después de los 50. Este fue un tabú más de los que venimos acarreando durante siglos.
En las últimas décadas, la apertura que acompañó al movimiento feminista permitió visibilizar a las mujeres después de su última menstruación, mujeres a las que antes se tildaba, sencillamente, de menopáusicas, viejas, deterioradas. “Menopáusica” era un término que, más allá de definir una etapa, se usaba, claramente, de una manera peyorativa, negativa. No se hablaba del tema y las mujeres lo vivíamos con resignación.
La realidad es, sin embargo, que la única noticia que trae esta etapa en la mujer es que ya no podremos concebir y engendrar hijos e hijas de manera biológica, por la sencilla razón de que no tenemos óvulos disponibles. Si lo vemos en términos semánticos, menopausia es un par de días en la vida, el momento en que dejamos de menstruar para siempre.
Además, esta etapa de la vida es una etapa natural y que inexorablemente nos va a llegar a todas. Desde el sistema médico, hubo una “patologización” de la menopausia, cuando en realidad lo único que requiere es una toma de conciencia y una mirada preventiva y no de intervenciones médicas. La medicina moderna ofrece una amplia gama de tratamientos y fórmulas magistrales para vivir en una especie de juventud eterna: mantener el peso ideal; que no se nos apolillen los huesos; que el deseo sexual se mantenga activo y los rollitos del abdomen puedan ser controlados. Todo esto implica un trabajo excesivo, agotador e innecesario, sobre todo cuando vemos que somos nosotras mismas las principales actrices del cambio.