Читать книгу Regreso a mí. Vivir una menopausia consciente онлайн

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“¡Voilá!”, dije. Acá pasa algo más en los cuerpos, algo que se nos está escapando. Entonces, empecé a estudiar homeopatía. Me estaba dando cuenta de que las personas no se curaban con sacarles sus úteros o sus mamas, y que muchas patologías tenían un perfil psicológico particular. Dejé de operar y me puse a escuchar otros síntomas que no venían solo del cuerpo. Emprendí un camino que aún sigo transitando, el de la medicina que aborda el cuerpo, la mente y el espíritu; un modelo médico que nos incluye en nuestra totalidad como seres humanos: la medicina integrativa.

Una vez concluido el curso de homeopatía, en la Asociación Médica Homeopática Argentina, con la cual sigo en contacto y que me conectó con quienes hoy son grandes amigos, se despertó en mí la curiosidad por la acupuntura y la medicina tradicional china. Entonces me inicié en la práctica del chi kung con un maestro de artes orientales. Claro que, como ya se habrán dado cuenta, necesito siempre validar los estudios con títulos académicos (una tara que ya acepté), así que me puse a estudiar en el Instituto Médico Argentino de Acupuntura.

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