Читать книгу Regreso a mí. Vivir una menopausia consciente онлайн
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Mi hogar era de clase media baja. Crecí en El Palomar. En mi casa la consigna era clara: “Si querés estudiar, a trabajar”. Fue así como a los 15 entré como secretaria en un estudio jurídico de abogados amigos de mi mamá.
Esto me hizo ver el mundo desde otra perspectiva: definitivamente el trabajo de oficina y los números no eran para mí. Cambié de rumbo en la secundaria, en la Escuela de Enseñanza Media N°2 “El Riva” de El Palomar: pasé del Comercial al Bachillerato en Ciencias Biológicas.
Esos años me marcaron mucho. Experimenté un cambio radical: ingresaron en mi vida la política, el sexo, el amor, la diversión, la amistad. Aunque la violencia seguía en casa, ese afuera, la escuela, la sociedad, el contexto, me moldeó y redirigió mi camino. Quizás, empezaba a trazar un destino.
Llegó el tiempo de la universidad y decidí estudiar medicina; lo sentí como un llamado, una vocación. Me anoté para dar el ingreso, recuerdo que éramos 2000 aspirantes para 200 vacantes. ¡Y lo logré! Como siempre “Sandrita” era muy aplicada. Fui el segundo promedio de mi promoción y me recibí con diploma de honor.