Читать книгу La ruralidad que viene y lo urbano. Un despertar de la conciencia онлайн

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El paradigma tradicional de la dicotomía rural-urbano es una concepción sin integralidad. Concibe el cuerpo social en el marco de una profunda división, conflictos y polarizaciones entre lo moderno y lo atrasado. Esa visión considera que lo rural debe explotarse, sin importar cuánto cueste, pues sus riquezas son esenciales para robustecer una concepción de modernidad donde la agricultura es funcional para el modelo urbano, industrial y financiero, al cual se le considera generador de crecimientos dinámicos y procesos de acumulación crecientes.

La concepción de la relación rural-urbano vigente genera un desarrollo incoherente, desarticulado, con notorios desequilibrios económicos, sociales, territoriales y ecológicos que destruyen la naturaleza y al hombre mismo por la acumulación sin límites, la cual desconoce los derechos elementales del ser humano como la vida. Constituye un modelo sin coherencia social y humana, de energías desperdiciadas, donde no existe una visión del universo y del planeta como algo que nos pertenece a todos. Solo hay un espacio local, territorial, donde se expresan poderes, una inhumanidad como dice Hannah Arendt (2016). La desarmonía social se desborda y la falta de coherencia en la actuación humana, expresada a través de las políticas públicas, se profundiza cada vez más con el proceso desordenado y caótico del desarrollo urbano.

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