Читать книгу Un despropósito ecuatorial. Volumen I онлайн
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Para finales de octubre todo estuvo normalizado. El gobierno de Burgos nombró a un nuevo gobernador. El capitán de navío Manuel Mendívil.
Julián Ayala se fugó a Camerún antes de que llegara el Ciudad de Mahón. Se ve que vio venir lo que iba a suceder y aprovechó uno de sus viajes de negocios. Los nacionales requisarán todas sus propiedades. Morirá unos años más tarde en Barcelona. Una hija suya se hizo religiosa en Guinea.
En cuanto a Annobón, nadie se ocupó de ellos hasta el año siguiente.
Algunas cosas cambiaron (o volvieron a ser como eran antes). La presidencia del Patronato de Indígenas -ya lo dijimos- fue ocupada otra vez por el obispo. Aumentó la burocracia y se multiplicaron los salvoconductos. Conforme a Valbuena, tras la guerra llegó una -aun- mayor separación entre blancos y negros.
Un apunte final del libro de Nerín sobre el teniente Ayala. En una de sus últimas páginas afirma:
…en julio de 1937 Ayala viajó a Francia. Se embarcó en Duala y abandonó el barco en Burdeos. Desde allí se dirigió al País Vasco francés, donde se entrevistó con algunos cargos franquistas.