Читать книгу Las formas del árbol. 300 años de democracia en Chile онлайн
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Hacia el inicio del siglo XXI China se había convertido en una potencia industrial, comercial, científica, tecnológica y militar, ingredientes necesarios, pero no suficientes, hasta ese momento, para superar a la hegemonía de Estados Unidos. Como dice Osvaldo Rosales, a Deng “lo abrumaba el retraso chino respecto de Occidente en ciencia y tecnología”. Agrega que buscaba convencer a su audiencia marxista de que la ciencia y la tecnología eran resultado del trabajo del hombre, que el trabajo mental era tan respetable como el físico y que los científicos debían dedicarse a lo suyo, sin distraerse en actividades políticas. Ponía como ejemplo “el atraso chino en polímeros, energía nuclear, electrónica, computación, astronáutica, láseres y semiconductores, ámbitos que según él –y con acertada intuición–moldearían la vida de la humanidad en las décadas siguientes”. “Por lo tanto, “si de sueño chino se trataba, la principal urgencia era aprender de Occidente en ciencia y tecnología y jugarse por cerrar en forma gradual esa brecha”.46