Читать книгу Cara a cara con el diseño. Por el progreso del diseño gráfico y de la sociedad онлайн

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Avancemos en paralelo. Dejemos que sigan su camino aquellos que hacen lo habitual, los generalistas, porque no está reñido con lo nuevo —y ambos deberán coexistir—, ya que tan real es lo uno como lo otro. Y sigamos por la vía nueva de lo que es necesario asumir e implementar. No se trata de rupturas abruptas —por otra parte inviables—, sino de avanzar sobre lo que hay en busca de lo que realmente necesitamos que suceda.

Lo que hace falta es que los actores: profesionales, estudiantes, docentes, mediáticos y empresarios reflexionen sobre todo esto, pero no que lo hagan desde sus contextos particulares ni de sus rutinas, conscientes o no, que subyacen en los planteamientos de cada colectivo. El pensamiento circular —hay que repetirlo— gira continuamente sobre su propio eje, de dentro hacia dentro. Y versa sobre el oficio, las técnicas, las aplicaciones, las tendencias y los intereses particulares.

El diseñador gráfico, que a menudo se mira en el espejo del arte, tiene en el arte un buen ejemplo de esa necesaria mirada desde fuera. Había algo que nadie había percibido. Pero no fueron los del círculo del arte ni los intelectuales: los propios artistas, los estetas, los ismos, los críticos, los historiadores ni los iconólogos, sino los de fuera del ramo, los sociólogos, quienes vieron en las imágenes, más allá del arte, las épocas, las culturas, etc., las imágenes como hechos sociales, fenómenos de comunicación.

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