Читать книгу La primavera de la Iglesia. Movimientos eclesiales, fieles laicos y nueva evangelización онлайн
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La misión universal de la Iglesia exige que el apostolado de los fieles crezca y se profundice en el campo del asociacionismo internacional, ya que el mismo ofrece aportes para la edificación de la comunidad de los pueblos en la paz y fraternidad, así como también en la formación de la responsabilidad y solidaridad universal2.
Sin la colaboración mutua de los fieles, como es el caso de los movimientos, sería difícil desarrollar una acción pastoral que incida socialmente y contribuya a transformar el medio ambiente secularizado según el Evangelio de Jesús.
En relación con esto, el Papa Benedicto XVI ha expresado que existe todavía la tendencia a identificar unilateralmente la Iglesia con la jerarquía, olvidando la responsabilidad común de todos los fieles –laicos y ministros ordenados–, es decir, olvidando la misión común del pueblo de Dios. Entonces, vale la pena preguntarse: ¿en qué medida se reconoce y favorece la responsabilidad de todos los miembros del pueblo de Dios, en particular de los laicos? Tal vez es necesario un cambio de mentalidad para que, respetando las vocaciones y las funciones de los ministros ordenados y de los laicos, se promueva la corresponsabilidad de todos los miembros del pueblo de Dios. Esto exigirá pasar de considerar a los fieles laicos colaboradores del clero a reconocerlos realmente como corresponsables del ser y del actuar de la Iglesia, favoreciendo la consolidación de un laicado maduro y comprometido3.