Читать книгу Conflicto armado y organización campesina. Memorias de la Asociación Campesina del valle del río Cimitarra онлайн
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Cuando nos queman la Cooperativa por primera vez, ya no asaltada sino incendiada, queman parte de la cooperativa y queman parte del caserío. Entonces ya empezamos a definir qué hacer, si podíamos vivir ahí o no, o si íbamos a tener recursos reservados. Pero también teníamos en cuenta que si la colonización iba a seguir hacia esa región después qué zona de reserva íbamos a tener. En ese entonces, la zona baldía la pisábamos, pero la utilizábamos era para eso, no para explotarla sino para refugiarnos. Como nos íbamos a quedar sin recursos dijimos: «no, no vamos a colonizar más, vamos a crear la línea amarilla». Entonces se propuso lo de la línea y se empezó a definir con las JAC el límite con la zona baldía (León, D. Entrevista 20 con líder de la ACVC. 25 de febrero, 2017).
Son varias cosas en ese mismo nudo: campesinos, Partido Comunista y Unión Patriótica
En 1984 se firmaron los Acuerdos de La Uribe (Meta) entre los comisionados por el Gobierno de Belisario Betancur y los voceros de la guerrilla de las FARC-EP. A raíz de estos pactos, nació el movimiento político de la Unión Patriótica (1985), como un medio para canalizar las diversas manifestaciones de protesta civil y popular y, asimismo, como un mecanismo político conducente a una eventual asimilación de las FARC-EP a la vida civil. Este proceso, que vinculó en sus inicios no solo a cuadros y dirigentes nacionales de la guerrilla, también logró atraer a diversas organizaciones sociales y sectores democráticos, donde tuvieron una participación destacada muchos dirigentes y líderes campesinos en el ámbito nacional.