Читать книгу Conflicto armado y organización campesina. Memorias de la Asociación Campesina del valle del río Cimitarra онлайн
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En cuanto a las juntas de acción comunal, su historia desde los años sesenta está presente en la memoria de los colonos. Su doble carácter de asociación comunitaria e institucional facilitó la reconstitución de las comunidades y la posibilidad de una relación más directa entre las demandas específicas del territorio y las administraciones públicas (Londoño, 1997). Fue a través de sus líderes que se crearon redes de vínculos sociales y políticos con los que se canalizaban ayudas y se negociaba para trabajar en las veredas. Las juntas son consideradas como una «herramienta», un derecho y «una representación legal» para gestionar proyectos y «recursos para el beneficio social de las comunidades». En la práctica las juntas de acción comunal, ante las condiciones en el territorio y la ausencia del estado, potencializaron colectivamente una serie de tareas y acuerdos, es decir:
Primero que todo el abandono estatal: aquí había, y hay que decirlo, todavía hasta hace poco seguía habiendo presencia del Estado; pero en lo que tenía que ver en la parte bélica de conflicto y de guerra. Entonces [en] esta región, cuando nosotros llegamos, no había profesores, no había escuelas, no había carreteras, no había puestos de salud, no había nada. Desde las juntas de acciones comunales pagábamos los profesores, desde las juntas de acciones comunales montábamos un botiquín, desde las juntas de acciones comunales construíamos una escuelita para que los niños estudiaran y en ese orden y desde las juntas de acciones comunales le hacíamos mantenimiento a los caminos para transitar la gente y caminos de herradura y el mantenimiento al río como medio de transporte, que era la único que teníamos (Pedraza, A. Entrevista 26 con líder de la ACVC. 25 de febrero, 2018).