Читать книгу Estudios sobre la psicosis. Nueva edición reescrita y ampliada онлайн

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Poco habría de durar, sin embargo, esta forma de concebir la locura y su tratamiento, concepción que se basa esencialmente en la confianza que se deposita en el sujeto alienado; incluso el propio nombre aliéné sólo conseguirá permanecer en el discurso psiquiátrico a condición de significar precisamente lo contrario de lo que originariamente representó para Pinel: «Aliéné: […]. Así es como se llama a un individuo afectado de alienación mental, de manía, porque está fuera de sí mismo. Por ser incapaz de apreciar la moralidad y las consecuencias de sus acciones, un alienado no puede ser responsable de los actos contrarios al orden social que comete. Por la misma razón, no puede ejercer sus derechos civiles, […]»96. No fue la práctica de autopsias sino la interpretación que se hizo de los datos en ellas obtenidos lo que terminó por hacer cascotes el edificio construido por el alienismo97. En pocos años, la alienación se convirtió en las enfermedades mentales, el alienado en un enfermo mental (J.–P. Falret); paralelamente, el respeto, la firmeza y la amabilidad del tratamiento moral se embruteció hasta la intimidación (F. Leuret) o la crueldad (la unschädlicher Torture o «tortura inofensiva» preconizada por Reil), volviéndose así inservible, y en este movimiento de somatización de las dolencias del alma, los asilos multiplicarían paulatinamente su población de enfermos98.

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