Читать книгу Rumbo: maestr@. Claves prácticas que no te han dicho онлайн
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Y permíteme, para ilustrar nuestras intenciones, recurrir a la experiencia personal. La idea del alumnado en prácticas como observador que no interviene en el aula, o que lo hace de forma escasa y muy planificada, nos recuerda, por ser todo lo contrario, las prácticas de navegación que tuvimos la suerte de disfrutar en la Escuela Naval Militar de Marín (Pontevedra-España) cuando hicimos el Servicio Militar Obligatorio, tras finalizar los estudios universitarios. Después de algunos meses de instrucción, nos permitían salir por la ría de Pontevedra con un velero mediano. Pero, excepto cuando había que navegar en formación, nunca estuvimos obligados a seguir ruta alguna. Practicar es manejar tu propio barco, no seguir el rumbo de otro. Practicar es visitar puertos, ir hacia alta mar o probarse en un día de tormenta con buenas olas y mucho viento; no copiar la singladura de otro. Porque, como la mar y las condiciones meteorológicas, las aulas, los centros y el alumnado son cambiantes e irrepetibles. Como el río, que siempre es nuevo porque el agua que fluye en él es diferente en cada momento y en cada lugar de su curso.