Читать книгу Canciones de lejos. Complicidades musicales entre Chile y México онлайн
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Tras siete años de silencio discográfico el dúo volvió a juntarse en 1957. En esa oportunidad ficharon con Odeon y sacaron varios sencillos. Contratadas por el mismo representante de Lucho Gatica, se embarcaron rápidamente en una gira por varios países de Latinoamérica, como Venezuela, Colombia y Puerto Rico, enamorándose especialmente de Cuba. Como declararon a la revista Ecran en su paso por Chile, “nos fue mucho mejor de todo lo que podíamos esperar —suspiran—. En cada país que nos presentamos… y donde no nos recordaban o no nos conocían, prolongaron nuestra actuación”. Eran conocidas como “las chilenas” y compartían veladas con personajes como Eva Perón o Fidel Castro y Pedro Vargas. Todo este plan de internacionalización era global de parte del sello Odeon, ya que se buscaban grabaciones chilenas para exportarlas al mercado extranjero, donde se incluía a Raúl Shaw y las mismas Sonia y Myriam.
Pero ya tenían un pie en México, ya que como indica el periodista Rodrigo de la Carrera, “comenzaron a triunfar y a cantar muchas canciones y un repertorio muy bien escogido dirigidas por Mariano Rivera que era el director artístico de RCA Victor, hacen mucha radio en aquel entonces”. En 1962 lograron un contrato con la televisión azteca, conquistando a la prensa: “Las guapas cantantes chilenas Sonia y Myriam están causando verdadera sensación en nuestro mundo artístico”, citaba Ecran, al contar además que eran las que “más discos venden” en ese país. De hecho, ese año se llevaron el premio Macuilxochitl en la categoría Mejor Artista Extranjera, por encima de Sammy Davies Jr., por nombrar algunos. Este galardón era otorgado por la Asociación Mexicana de Periodistas de Radio y Televisión.