Читать книгу Velasco y la prensa 1968-1975 онлайн
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Opinión Libre y Oiga
Vocero de la oposición
Clausura de Oiga
El incendio de Correo y Ojo
Las deportaciones de agosto
La presunta conspiración
Reemplazo y amnistía
El retorno de los directores
La represalia inevitable
El decreto legislativo 39
Devolución y compensación
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Presentación
«El canto del zumbayllu se internaba en el oído, avivaba en la memoria la imagen de los ríos,
de los árboles negros que cuelgan en
las paredes de los abismos».
José María Arguedas, Los ríos profundos
¡¡¡Zumbaylu!! ¡¡¡Zumbaylu!!!, resuenan los gritos alborotados que sacan al niño Ernesto de la desazón, la melancolía, la soledad, el aislamiento y la incertidumbre que lo agobian en el internado donde lo ha dejado abandonado su padre.
¡¡¡Zumbayllu!!! ¡¡¡Zumbaylu!!!
¿Qué podía ser el zumbayllu?
El zumbayllu da título a uno de los capítulos más hermosos de Los ríos profundos. Como explica la estudiosa Isabelle Tauzin-Castellanos: «es un trompo al que Ernesto atribuye poderes mágicos. La danza del juguete restablece la comunicación entre los alumnos mientras lo contemplan, alzando el vuelo y bañado por la luz del sol»*.