Читать книгу El pensamiento crítico desde Sudamérica. Tres años de "Huellas de Estados Unidos" онлайн

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Leslie Fiedler analiza el género desde la literatura y considera a las novelas occidentales en su forma arquetípica como ficciones que tratan de la confrontación en el medio salvaje de un WASPssss1 trasplantado y “otro” radicalmente extraño. Para él encuentran su centro, su razón de ser en el desarrollo de historias que presentan el enfrentamiento con el indio. Todos los demás elementos asociados con la literatura del Oeste —las praderas, las montañas, los animales como el búfalo y el oso gris— ya han sido asimilados. Lo único extraño, inasible y desafiante para la civilización norteamericana que aún perdura es el indígena, ese otro que, al escapar completamente de las mitologías europeas que trajeron los colonizadores consigo, exige una nueva.ssss1

Esta concepción del western como un relato en parte fabuloso se repite en la mayoría de los autores. Según Laborda Oribes, éste recrea ante los espectadores norteamericanos un horizonte épico, entendiendo la epopeya como un discurso que “se remonta a un antiguo patrimonio de mitos y leyendas, en que se alía con frecuencia lo imaginario religioso con historias de héroes, unidos a los destinos de un pueblo”.ssss1 Para Philip Durkham y Everett Jones, nace como una zona de leyenda donde se disponen una serie de componentes que son posibles de articular ya que remiten a una realidad pasada. El misticismo es abonado por la usual vaguedad espacio-temporal, lo cual enfatiza la universalidad de esa tierra simple que es vista como refugio frente a la complejidad de la ciudad. Es por esto que, pese la falta de arraigo en un tiempo y lugar específicos, el western solicita veracidad. Los autores explican que es el vehículo perfecto para la elaboración del mito ya que ayuda a trasmutar las vivencias de gente real en leyenda.ssss1

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