Читать книгу La historiografía medieval. Entre la historia y la literatura онлайн

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La construcción de las genealogías es uno de los métodos más eficaces de unir pasado y presente, o al menos de contribuir a reducir al máximo sus distancias. Son una evidencia de la continuidad histórica, transmitida de generación en generación. Si las genealogías no existen o se han perdido, es preciso crearlas de nuevo. De ahí surgen, en muchas ocasiones, los personajes legendarios fundadores de las dinastías, como el caso de Don Pelayo para Castilla o de Guifré para Cataluña. Las genealogías representan, por otra parte, un nuevo modo de concebir el tiempo, que pasa a ser dominado por la dimensión dinástica, sustituyendo a los viejos Annales o a los Calendarios.ssss1 Al mismo tiempo, las genealogías de los siglos XII y XIII constituyen probablemente la primera secularización del tiempo en un contexto cortesano, porque las crónicas ya no necesitan remontarse a los tiempos bíblicos sino simplemente al fundador de la dinastía. La segunda y definitiva secularización del tiempo se produciría en los siglos XIV y XV, en un contexto ya urbano, al estallar la dicotomía entre un «tiempo mercantil» y un «tiempo eclesiástico», siguiendo la distinción hecha célebre por Jacques Le Goff.ssss1 A través de las genealogías el tiempo se humaniza, lo que lo hace más historiable.

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