Читать книгу La historiografía medieval. Entre la historia y la literatura онлайн

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Por esto, siempre he defendido que la interpretación de los textos histórico-medievales es fruto no solo de su consideración como un «artefacto literario» o como las «narraciones históricas» que más evidentemente son, sino también como una fuente privilegiada de convergencia entre el texto y el contexto, entre el contenido y la forma. Se descubre así una función pasiva y una función activa de los textos históricos, según estos sean considerados como espejos o como generadores de realidades sociales.ssss1 En este sentido, son muy significativas las estrechas relaciones que se producen entre las diversas tradiciones nacionales de la historiografía medieval. En este capítulo me he centrado en las conexiones entre las historiografías francesas, flamencas, castellanas y catalano-aragonesas, cuyos influjos mutuos son evidentes, tanto en la fase de las genealogías en la segunda mitad del siglo XII, como en las crónicas del siglo XIII. La envergadura de las aspiraciones políticas de la monarquía francesa parece darles una prioridad, aunque la enorme vitalidad cultural del mundo flamenco explica también el influjo de sus textos históricos. Al mismo tiempo, la originalidad de la historiografía medieval peninsular es llamativa, pero parece que no es tan capaz de generar nuevos modelos originarios como otras tradiciones, lo que explicaría la vigencia anacrónica de las genealogías en la Castilla durante los siglos XIV-XVI, pero también el enorme interés del análisis sistemático de esta «anomalía» (¿o quizás no?) histórica e historiográfica.

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