Читать книгу La historiografía medieval. Entre la historia y la literatura онлайн

52 страница из 67

Cuando la acción se traslada a Cataluña, la madre de Guifré es quien toma el protagonismo de la narración, al reconocerle por el hecho distintivo del bello en un lugar poco común, lo que asegura un sobrenombre al fundador del linaje. Los reyes bárbaros eran conocidos por el pelo que les surgía en la espina dorsal, lo que contribuía a aumentar su prestigio. Al mismo tiempo, esta abundancia de bello contrastaba con la calvicie de Carlos el Calvo, una prueba más del antagonismo que el cronista intentaba remarcar entre el fundador de la casa de Barcelona y el amo de la dominación que rechazaba. Esta mujer, una vez ha reconocido a su hijo, empieza a utilizar su influencia para que Guifré pueda recuperar la titularidad del condado que le pertenecía a su padre, pasando por encima que aún no ha conseguido los derechos de transmisión hereditaria del condado.

La función de las dos madres es, pues, determinante y lúcida, en contraposición a la figura algo apocada de la hija del conde de Flandes, cuya función es meramente pasiva. De este modo, se reproduce en el texto catalán de las Gesta una realidad que refleja exactamente las prácticas sociales del tiempo: la pasividad de la jovencita núbil (la hija del conde de Flandes, que se deja seducir por el foráneo); el poder doméstico, escondido y eficaz de la mujer casada, que se mueve a sus expensas instigando en el ámbito de la corte (la mujer del conde de Flandes, que urde toda la estrategia una vez conoce que su hija ha quedado embarazada), y la pujanza pública de la viuda (la madre del conde de Barcelona, quien conserva el poder de convocar la asamblea de los nobles de sus tierras e imponer a su hijo como conde, incluso estando presente su propio opositor).ssss1

Правообладателям