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Son activos depredadores carnívoros. Sus dientes como cuchillos les permiten rasgar su presa y desconcharlas rápidamente. Consumen numerosas especies que habitan en las algas foliosas café (como la Dictyota kunthii), algas de no más de 10 cm, que dan hogar a un gran número de pequeños crustáceos (anfípodos, isópodos), pequeños moluscos, caracoles y gusanos de mar (poliquetos); también puede consumir picorocos. Los depredan peces como la cabrilla española (Paralabrax humeralis), la vieja tiuque (Acanthistius pictus) y el cormorán (Phalacrocorax marmoratus) [25, 58, 124].

Depositan sus huevos en el bento (fondo marino). Con una sustancia adhesiva secretada por el riñón, el cachudito coloca sus huevos dentro de las conchas del picoroco. También pueden depositar los huevos en otros objetos rígidos como las conchas vacías de la cholga o choritos [125]. No está claro si el cuidado parental lo realiza la hembra o el macho, ya que se ha encontrado tanto a machos como a hembras llevando a cabo las tareas parentales dentro de las conchas de picorocos. Luego de la fertilización, las actividades de cuidado parental son diversas, una de ellas es el “fanning”, esto es, la eliminación de sedimentos del ambiente mediante el uso de las aletas pectorales y/o pélvicas, o moviendo el agua sobre los huevos a través de la boca o cavidades branquiales. Con ello provocan una aireación y eliminan los huevos muertos o enfermos. También recuperan huevos o crías que se han salido del nido. La limpieza de los huevos involucra tomar los huevos con la boca y manipularlos dentro de la cavidad bucal. Otra de las actividades de cuidado parental es proveer de nutrientes a las crías mediante la alimentación ectodérmica, la que se realiza en la superficie del cuerpo del progenitor mediante la producción de una sustancia mucosa, la que sirve como alimento para los alevines (larvas) cuando estos no tienen vitelo o su vitelo es escaso. El cuidado parental se ha descrito en al menos un 20% de las familias de peces. En la mitad de estos, donde hay cuidado parental, es el macho quien se ocupa, las hembras lo hacen en un 30% y en el 20 % restante el cuidado es biparental [126-128]. Las diferencias respecto a qué sexo cuida a sus crías en el mar depende bastante de la forma de cuidado y los costos para realizarlo. Por ejemplo, cuidar crías en un sitio definido puede aumentar el riesgo de depredación. Existe una compensación de costo-beneficio en la reproducción que en algunos casos son mayores para la hembra en desmedro del crecimiento somático (inversión en tamaño corporal) que podría beneficiar a los machos y esto podría explicar por qué son machos los que cuidan a sus crías. Los costos de que sea la hembra la encargada del cuidado parental suelen estar asociados a la inversión en la producción de huevos y la nutrición asociada [129]. La idea de realizar el cuidado parental es garantizar el éxito del desarrollo de las larvas dentro del huevo. El macho asegura su progenie en un nido eliminando furtivamente a los depredadores. La hembra, por otro lado, como genera más gametos que el macho por época reproductiva, resguarda su progenie depositando sus huevos en diferentes nidos [127, 130]. El macho, entonces, no invierte su energía en la producción de gametos como las hembras, sino en cuidar sus crías en el nido. De muy pocas especies de peces de la costa de Chile se ha descrito algún tipo de cuidado parental posfertilización, pero están los casos de, por ejemplo, la doncellita, la cabrilla, el bagre y la castañeta, y en todas ellas es el macho quien protege a las crías [128].

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