Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн

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Le excitaba ver como esos machos nos estaban utilizando y para darle más acción, el Tieso se corrió y cayó en la cama, riéndose de lo agotado que estaba, pero la chica y yo faltábamos por corrernos, así que se puso encima de mí, se metió mi polla y me decía al oído que era un bebé muy demonio, me encantó, tanto en la forma y en cómo me lo dijo, que me corrí y ella al sentir mi leche salir por su coño, empezó hacer movimientos fuertes y pude sentir como me humedecía la mía.

Cuando terminamos, pude ver que Lorena estaba en la puerta observando todo, mientras Michín se la estaba follando y desde el fondo Michín gritaba: “¡Qué chimba*!”, yo me quedé tirado en la cama al lado del Tieso, mientras los chicos se reían diciendo que me había follado a “él más”, de ahí su apodo del Tieso, porque su polla siempre estaba tiesa, se follaba lo que fuese y siempre se corría en cantidad. Yo pregunté si esto lo hacían a menudo y hubo un silencio, pero el Tieso me dijo que siempre, fue un morbo, necesitaban mi culito, sobre todo que fuese discreto y yo fui el elegido.


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