Читать книгу El IUSAM de APdeBA. Una casa universitaria para el psicoanálisis онлайн

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La formación analítica inevitablemente marcha, lenta pero inevitablemente, a contracorriente de la evolución del llamado Yo ‘oficial’ y de la cultura dominante. Analizar es descomponer, desarmar, desmontar estructuras mentales establecidas y esperar que se restauren por si mismas pero en transferencia. Se diría que buena parte del proceso de la formación analítica va a transitar entre la estabilidad y el cambio de las organizaciones mentales. ¿Es posible decir que el propósito o la finalidad de la formación analítica es la normalidad, la salud mental o el cambio? No hay un molde previo, solo aproximaciones porque las trasformaciones a las que se aspira en la formación tienen que tolerar en sus resultados una altísima variabilidad personal. No hay una meta preestablecida, solo hay una mera posibilidad brindada por un proceso largo y complejo.

Una vez que, como vimos, la formación se profesionalizó, la institución se hizo cargo de las condiciones de admisión y responsable de sus resultados. Superada la discusión traumática sobre el ‘análisis profano’ la exigencia de poseer requisitos académicos previos prácticamente se limitó a médicos, aunque siempre había minoritariamente otros profesionales ejerciendo el psicoanálisis. En la segunda mitad del siglo XX, se abrió el ingreso en algunos Institutos de Formación a psicólogos y a universitarios provenientes de otras ciencias.

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