Читать книгу Las bases del yoga. El origen del hatha-yoga, los nathas, y su expansión en Occidente онлайн

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Ahora mismo, podemos observar cómo los pensamientos van y vienen en nuestra mente. Pero observemos con plena presencia el espacio anterior al pensamiento que existe siempre en nosotros y al cual nunca prestamos atención. En nosotros existe una Conciencia que reconoce que la mente tiene pensamientos de tristeza o de alegría. Una conciencia libre y desapegada, que los textos describen como el observador, el testigo (draṣṭuḥ) tanto de los pensamientos como del silencio de la mente. Apegados al contenido de la mente decimos «estoy muy agitado» o «estoy muy tranquilo», pero en realidad nuestra esencia no está nunca ni agitada ni tranquila; únicamente es la mente la que experimenta agitación o tranquilidad. En la mente pueden manifestarse pensamientos de dicha, congoja, compasión o celos, pero toda experiencia se manifiesta siempre sobre un profundo silencio subyacente. Cuando no hay ningún pensamiento en nuestra mente, cuando la mente está vacía de todo contenido, ¿qué es aquello que es consciente de que la mente no tiene contenido? La Conciencia. Esta Conciencia es lo que Somos. Esta Conciencia está siempre aquí, libre, nunca afectada y perfecta en sí misma. El yogī es aquel que vive con este conocimiento y se hace uno con él. El yogī es el que puede ir más allá de los movimientos de la mente (vṛttis), más allá del tiempo, el espacio y la limitación –que no son sino modificaciones mentales– para llegar finalmente al espacio de plenitud absoluta que existe en él.

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