Читать книгу Las bases del yoga. El origen del hatha-yoga, los nathas, y su expansión en Occidente онлайн

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–Ahora añádele un puñado de sal y remuévela hasta que se funda en el agua.

–Aquí está, padre.

–Ahora, observa el agua atentamente y dime si puedes ver la sal.

Shvetaketu respondió:

–No, padre, no la puedo ver.

–Escucha bien, Shvetaketu: de la misma forma en que la sal existe en esta agua aunque no sea visible, Aquello, el Absoluto, está presente en todo lo que existe. Esta Realidad existe también en ti. Eso eres tú. Tat tvam asi.

Shvetaketu recibió esta enseñanza, pero no comprendió plenamente su significado porque no se trata solo de una comprensión intelectual, sino que implica la apertura a otro estado de conciencia.

Uddalaka siguió enseñando a su hijo a lo largo de varios días por medio de diferentes ejemplos en distintos momentos y situaciones.

En otra ocasión, padre e hijo estaban caminando en dirección a un río cercano. Al lado del sendero, un alfarero preparaba una pila de arcilla para su trabajo. Uddalaka le preguntó a su hijo:

–Shvetaketu, ¿qué ves aquí, al lado del camino?

–Oh padre, veo arcilla fresca.

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