Читать книгу Las bases del yoga. El origen del hatha-yoga, los nathas, y su expansión en Occidente онлайн

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Shiva Nataraja

Finalmente, la quinta función cósmica y la más importante es la gracia (kṛpā), representada por la mano del lado derecho que apunta al pie de Shiva, que está elevado en su movimiento de danza. Es por medio de esta quinta función por la que el yogī recibirá la gracia de su guru o de la divinidad, que le permitirá acceder al conocimiento del ātman. Esta gracia (gurukṛpā), junto con el esfuerzo personal, permitirán al aspirante establecerse en la plenitud de su propia esencia. Cuando el yogī recibe la gracia de su guru, empieza un sagrado proceso de yoga interno que tiene lugar hasta que la dualidad desaparece y reconoce la esencia divina subyacente en todo.

La imagen de Nataraja es un poderoso símbolo de la expresión de la divinidad manifestada como el cosmos –emanación, manutención y disolución–: todo nace, existe durante un tiempo y se disuelve. A la vez, velación: siendo la Realidad Suprema lo único que existe, bajo la ilusión nos sentimos buscadores, creemos que hemos nacido y que moriremos y buscamos un camino hacia la plenitud. La Conciencia una y libre juega a envolverse e identificarse con pensamientos creando la limitación. Cuando el yogī, por medio de su ascesis y práctica meditativa, va más allá de todo concepto, idea, noción y fantasía, así como de todo recuerdo o memoria, incluso más allá de la idea de «yo», entonces, en el silencio, se formula la pregunta: ¿Quién soy? (ko’haṃ). En este silencio absoluto libre de todo pensamiento (vṛtti), ¿quién soy? Es aquí, en la ausencia de todo movimiento y condicionamiento, donde tiene lugar el reconocimiento de la absoluta plenitud y donde el yogī experimenta en su interior: «Soy la Conciencia una», «Soy el Absoluto».

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