Читать книгу Las bases del yoga. El origen del hatha-yoga, los nathas, y su expansión en Occidente онлайн
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En la cultura predominante del Occidente actual, las palabras como «religión» o incluso «espiritualidad» no están de moda y se ha intentado separar el yoga de su madre, la tradición hindú, que es de donde surgió, se nutrió y alcanzó esta gran variedad de prácticas y enseñanzas. Para comprender el yoga es necesario un conocimiento básico del hinduismo y de la meta de esta tradición: el autoconocimiento.
¿Cómo podemos penetrar en la rica cosmovisión hindú? Leamos un verso del Mahābhārata que pertenece al Viṣṇu-sahasra-nāma (Los mil nombres de Vishnu), un texto que repiten miles de hindúes a diario y que nos permite acercarnos a esta forma de comprender la realidad:
namo’stvantāya sahasra-mūrtaye sahasra-pādā’kṣi śiroru-bāhave
sahasra-nāmne puruṣāya śāśvate sahasra-koti-yuga-dhāriṇe namah
Salutaciones al Señor infinito que tiene infinitas formas, infinitos pies, ojos, cabezas, muslos y brazos. Salutaciones al Ser eterno de infinitos nombres que sostiene millones de eras cósmicas.
Este verso habla de una única Conciencia que existe en todo y que, en su majestuosa y extraordinaria manifestación como universo, toma infinitos nombres e infinitas formas, incluidos nosotros mismos. El yoga nos muestra el camino para llegar al reconocimiento de esta esencia anterior al nombre y a la forma. Los textos exponen que esta esencia o Absoluto, en su completa libertad (svātantrya), se manifiesta como el cosmos y danza gozosamente. Una de las representaciones más bellas de la iconografía hindú la encontramos en la imagen de Shiva Nataraja. En Occidente, debido a nuestra educación, hemos perdido en gran medida la conexión con lo simbólico y lo mitológico. Nuestra mente ha sido educada en lo racional y pragmático. En el mito y en el símbolo podemos encontrar algo trascendente que nos puede «hacer recordar» un conocimiento inmemorial, una verdad interior que existe en nosotros de forma latente.