Читать книгу Patrick Modiano. Perros en la memoria онлайн

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En la obra de Modiano las relaciones semánticas nunca son casuales. Los seudónimos, sobrenombres, parónimos y criptonóminos están cuidadosamente buscados y, en este caso concreto, Manazas/Patoche remite a otro cuento del Chat perché, protagonizado por un perro llamado Pataud. En Le cerf et le chien (Aymé, 2002c: 667-682) los padres de Delphine y Marinette han salido de la granja, ellas están con el gato cuando aparece un ciervo que les pide ayuda porque le persiguen unos perros de caza. Lo esconden y llega uno de los perros. Los niños y el gato intentan confundirlo, pero el perro se da cuenta de que el ciervo está en la casa. Los niños se ponen a llorar. El perro no soporta verlos así y aunque dice que la caza es su trabajo, decide hacer una excepción y urde una estrategia para despistar a la jauría. Cuando ésta llega al frente de un perro llamado Ravageur,ssss1 preguntan por su compañero que se llama Pataud. Las niñas le dicen que ha partido tras el ciervo y halagan con lisonjas a la jauría, a la que les regalan ramos de flores que ponen en sus collares. Gracias al olor de las flores logran despistarlos. Pataud aconseja al ciervo que no vaya al bosque porque lo matarán. Llegan los padres muy contrariados porque no ha encontrado un buey a precio razonable para que ayude al que ya tienen en las faenas agrícolas. Al día siguiente el ciervo se presenta ante los padres y les pide trabajo, y éstos acceden. El ciervo no está contento ya que añora el bosque, y los domingos se adentra en él con las niñas, pese a las protestas de los padres que quieren que esté descansado para trabajar. Un día aparece Pataud, que les advierte que todos los días hay cacería y, aunque está harto de la caza, cuando las niñas le comentan que sus padres están buscando un perro, les explica que cuando uno tiene un oficio hay que hacerlo, y que además no podría abandonar a sus compañeros de jauría. Pasan los días y el ciervo no puede soportar la vida en la granja, de manera que decide volver al bosque. Al cabo de un tiempo aparece Pataud cabizbajo y les dice que el día anterior no pudo despistar a Ravageur, y que el cazador había matado al ciervo. Antes de morir, este cortó una margarita con los dientes y la había puesto en el collar de Pataud, diciéndole «para las pequeñas». Pataud dice que ya no soporta más la caza y acepta quedarse en la granja.

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