Читать книгу Instantáneas en la marcha. Repertorio cultural de las movilizaciones en Chile онлайн

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El aguante ha sido una palabra cada vez más utilizada en la cultura popular y juvenil que proviene de las culturas de barrio, del rock y del fútbol en Argentina y que ha sido apropiada por las barras locales e incorporada en la jerga juvenil, tal como ha sucedido con numerosas palabras y expresiones del lunfardo argentino que han sido adoptadas en Chile (Salamanca 2010). Probablemente en función de la importante presencia de jóvenes en la Primera Línea y en general en las protestas del levantamiento social, la expresión es usada frecuentemente y pasa a ser parte de las consignas de las y los manifestantes. Esta articulación que el aguante teje entre fútbol, cultura popular y política puede ejemplificarse en los mensajes de apoyo al estallido del futbolista Charles Aránguiz en sus redes sociales, como “Aguante Chile. Ni perdón ni olvido: la dictadura aún perdura” (Charles Aránguiz apoyó protestas en el país y envió “aguante” a Chile, biobio.cl 2019).

El aguante en la Primera Línea se configura como un concepto polisémico pero que en términos generales remite a manifestarse, enfrentarse con las fuerzas de orden y sobreponerse a las circunstancias propias de la represión policial. Durante el levantamiento social ha habido rayados y lienzos que usan la expresión, siendo “aguante la Primera Línea” uno de los más frecuentes. También es una proclama que se grita cuando los carabineros atacan y hay que resistir, “aguante cabros”. También “Aguante compañerxs” es lo que le dicen a quienes son heridos durante la resistencia. En este sentido, el aguante tiene que ver con “poner el cuerpo” (Alabarces y Zucal 2008; Moreira, Soto y Vergara 2013), lo cual en las barras de fútbol supone diferentes acciones como acompañar al equipo, participar de las distintas actividades de apoyo, y por cierto el ejercicio de la violencia, ya sea contra las barras rivales o contra la policía. En el caso de la Primera Línea, se pone el cuerpo lanzando piedras, haciendo barricadas, picando y transportando piedras, gritando consignas y entonando cánticos, soportando los gases lacrimógenos, estando varias horas en los lugares de enfrentamientos, todo bajo una lógica de compromiso y hasta cierto punto de sacrificio. Como señala un miembro de la Primera Línea en el Cabildo Plaza de la Dignidad, organizado y documentado por la Cruz Roja y Fundación Daya (Cabildo Plaza de la Dignidad 2019):

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