Читать книгу Instantáneas en la marcha. Repertorio cultural de las movilizaciones en Chile онлайн

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Estamos luchando por los que no pueden luchar, por los que quisieran estar aquí y ahora no pueden, porque ya perdieron la vista, perdieron una extremidad, están golpeados, tienen los tendones que ya no les dan, ya no pueden tirar más piedras, tienen los brazos con tendinitis, cansados, pero aquí estamos dando el aguante, y vamos a resistir, somos la última resistencia, y no nos vamos a cansar, vamos a seguir dando el aguante.

De este modo, dar el aguante es una suerte de ofrenda que se hace por lxs otrxs, en la que se expone el cuerpo y se asume ese compromiso hasta el final. Cabe precisar que si bien la cultura del aguante en el fútbol ha sido mayormente masculina (Alabarces y Zucal 2008; Moreira, Soto y Vergara 2013), su expresión contemporánea en la Primera Línea no es exclusivamente masculina, ya que tanto mujeres como miembrxs de las disidencias sexuales participan activamente de este espacio.

Cuando recordamos las primeras manifestaciones del levantamiento social o vemos los videos de esos días, las y los manifestantes llevan en el mejor de los casos pañuelos o capuchas para cubrir sus rostros y protegerse de los gases lacrimógenos. Con el paso de las semanas y como resultado de la violenta represión policial las personas comienzan a incorporar cascos, máscaras antigases, escudos, hondas y otros implementos para protegerse y enfrentarse a los carabineros. Al poco tiempo, este espacio va organizándose según las necesidades de dichos enfrentamientos. Frente a los carabineros están los escuderos, quienes protegen al resto de los proyectiles disparados por los policías con escudos de madera o de metal y que frecuentemente llevan escrito alguna consigna o dibujado algún símbolo. Atrás de ellos están los lanzadores de piedras, ya sea con sus manos o con hondas, y los bomberos o matalacris, quienes devuelven las bombas lacrimógenas o las neutralizan introduciéndolas en bidones con agua y bicarbonato. Y finalmente, a cierta distancia se ubican los mineros o picapiedras, quienes destruyen el pavimento con piedras, martillos u otros objetos contundentes para obtener de proyectiles y llevarlos hacia las zonas de enfrentamiento. Si bien estas posiciones son las más reconocidas de la Primera Línea, también tuvieron presencia fundamental los voluntarios de la salud, los fotógrafos y reporteros de la prensa independientes y los músicos que participaban de manera individual o en grupo tocando percusiones, bronces y otros instrumentos para apoyar a las y los participantes. En el caso de los voluntarios de la salud, se crearon varias brigadas que no solamente estuvieron presentes desde el comienzo del levantamiento en las manifestaciones, sino que luego desarrollaron acciones de apoyo a la población durante la pandemia, bajo la lógica de proveer servicios de primeros auxilios a quienes los necesitaran y de contribuir desde su labor profesional a los procesos sociopolíticos en curso.

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