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 El 83 % del total de las miniseries son adaptaciones; pero ese porcentaje sube hasta el 95 % entre las premiadas con Emmys.

Si analizamos la producción de un año cualquiera veremos que los filmes sobre los que más se habla suelen ser adaptaciones. En diciembre de 1989 el público y la crítica hablaban mucho de películas como Melodía de seducción, La guerra de los Rose, Vida y amores de una diablesa, La sirenita, Enrique V, Mi pie izquierdo, El oso, Tiempos de gloria, Black rain y Magnolias de acero. Las adaptaciones de 1990 incluían otros filmes muy comentados: Despertares, Postales desde el filo, La hoguera de las vanidades, Memphis Belle, Bailando con lobos, La casa Rusia, Henry and June, El misterio de von Bulow, Uno de los nuestros, Hamlet, El honor de la venganza, Cyrano de Bergerac, Los timadores y Misery.

Por otro lado, las adaptaciones no son un dominio exclusivo de escritores consagrados o productores de reconocido prestigio. Muchos comienzan a trabajar como guionistas, adquiriendo los derechos de un libro o de una historia real y planteando después a un Estudio la posibilidad de que les encarguen el guion. Barry Morrow (Rain Man) adquirió los derechos sobre la historia real de Bill, un retrasado mental, y escribió un guion sobre ella con el que obtuvo un premio Emmy. El primer guion de Anna Hamilton Phelan, Máscara, estaba basado en la vida de Rusty y Rocky Dennis (Rocky era un chico con el Síndrome de craniodiphicil, una alteración genética que produce serias deformidades faciales). Brian Ross escribió un guion on spec[2] sobre una historia real titulada A Friendly Suit, de la que se han comprado opciones varias veces, aunque todavía no se ha realizado. Sin embargo, después de leer el guion, la NBC decidió contratarle para escribir dos docudramas: Cast the First Stone y On Thin Ice: the Tai Babilonia Story. Leoni Sandercook comenzó con una película para televisión, A Season of Fear, que está basada, también, en una historia real. Kurt Luedtke escribió Memorias de África, su segunda película, en parte porque había adquirido una opción sobre los derechos de un libro poco conocido —pero importante— sobre Denys Finch-Hatton; ese libro proporcionó la clave para construir la historia de Memorias de África. Earl Hamner comenzó su carrera como guionista adaptando una novela suya a serial televisivo; esa adaptación llegaría a ser la extensa y conocida serie The Waltons.

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