Читать книгу Obras Completas de Platón онлайн

740 страница из 839

SÓCRATES. —Exactamente. Préstame en adelante toda tu atención.

PROTARCO. —No tienes más que hablar.

SÓCRATES. —Digo, pues, que cuando la armonía se rompe en los ANIMALES, desde el mismo momento la naturaleza se disuelve, y el dolor nace.

PROTARCO. —Lo que dices es muy cierto.

SÓCRATES. —Que en seguida, cuando la armonía se restablece y entra en su estado natural, es preciso decir que el placer nace entonces, para expresarme en pocas palabras y lo más brevemente que es posible sobre objetos tan importantes.

PROTARCO. —Creo que hablas bien, Sócrates; intentemos, sin embargo, dar a este punto mayor claridad.

SÓCRATES. —¿No es fácil concebir estas afecciones ordinarias conocidas de todo el mundo?

PROTARCO. —¿Qué afecciones?

SÓCRATES. —El hambre, por ejemplo, es una disolución y un dolor.

PROTARCO. —Sí.

SÓCRATES. —Comer, por el contrario, es una repleción y un placer.

PROTARCO. —Sí.

SÓCRATES. —La sed es igualmente un dolor y una disolución; por el contrario, la cualidad de lo húmedo, que llena lo que seca, origina un placer. Lo mismo la sensación de un calor excesivo y contra naturaleza causa una separación, una disolución, un dolor; en lugar de lo cual, el restablecimiento al estado natural y el refresco son un placer.

Правообладателям