Читать книгу Obras Completas de Platón онлайн

814 страница из 839

PROTARCO. —Ciertamente.

SÓCRATES. —Pero falta un punto necesario que tratar, y sin el cual nada puede existir.

PROTARCO. —¿Cuál es?

SÓCRATES. —Toda cosa en la que no hagamos entrar la verdad, no existirá jamás, ni nunca ha existido de una manera real.

PROTARCO. —¿Cómo podría existir?

SÓCRATES. —De ningún modo. Ahora, si falta aún algo a esta mezcla, decidlo vosotros, tú y Filebo. Me parece, que este es ya un punto concluido, y que se le puede mirar como una especie de mundo incorpóreo, propio para gobernar, como es debido, a un cuerpo animado.

PROTARCO. —Puedes decir con toda seguridad, Sócrates, que soy de tu dictamen.

SÓCRATES. —Si dijéramos que en este momento hemos llegado al vestíbulo y entrada de la estancia del bien, ¿no tendríamos razón?

PROTARCO. —Me parece que sí.

SÓCRATES. —¿Qué es lo que tenemos por más precioso en esta mezcla y que más contribuye a hacer semejante situación apetecible para todo el mundo? Tan pronto como lo hayamos descubierto, examinaremos con qué tiene más enlace o afinidad, si con el placer o con la inteligencia.

Правообладателям