Читать книгу Obras Completas de Platón онлайн

815 страница из 839

PROTARCO. —Muy bien. Eso nos será de gran utilidad para formar nuestro juicio.

SÓCRATES. —Pero no es difícil apercibir en toda mezcla cuál es la causa que de hecho la hace digna de estimación o verdaderamente despreciable.

PROTARCO. —¿Qué es lo que dices?

SÓCRATES. —No hay nadie que ignore esto.

PROTARCO. —¿Qué?

SÓCRATES. —Que toda mezcla, cualquiera que sea y de cualquier manera que se forme, si no entran en ella la medida y la proporción, es una necesidad que perezcan las cosas de que se compone, y la primera la mezcla misma; porque en este caso no es una mezcla, sino una verdadera confusión, que es de ordinario una desgracia real para todo lo que de ella participa.

PROTARCO. —Nada más cierto, Sócrates.

SÓCRATES. —La esencia del bien se nos ha escapado, y ha ido a refugiarse en la esencia de lo bello, porque en todo y por todas partes la justa medida y la proporción son una belleza, una virtud.

PROTARCO. —Es cierto.

SÓCRATES. —Pero hemos dicho igualmente que la verdad entraba con ellas en esta mezcla.

Правообладателям