Читать книгу La escritura de la memoria. De los positivismos a los postmodernismos онлайн

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Si la revista actúa como verdadero aglutinador de la escuela de los Annales, es la sucesión de las generaciones la que ha marcado las diferentes etapas de su evolución. Se ha hablado de cuatro generaciones, aunque ciertamente hay serias dudas respecto a la verdadera entidad de la postrera, porque es difícil defender en la actualidad la supervivencia de una verdadera escuela de los Annales. No obstante, nadie duda de la existencia de las tres primeras generaciones, de su influjo real en la historiografía europea y americana y de su articulación en torno a unos líderes generacionales, en cuya obra se ven reflejadas las mutaciones de la misma escuela a lo largo del siglo XX: Marc Bloch y Lucien Febvre en la primera generación, Fernand Braudel en la segunda y Georges Duby, Jacques Le Goff y Emmanuel Le Roy Ladurie en la tercera.

Cada generación está lógicamente influida por el contexto intelectual de su tiempo, por lo que son deudoras de las corrientes imperantes no sólo en la disciplina histórica sino también, por su mismo talante interdisciplinar, en las restantes ciencias humanas y sociales, especialmente la sociología y la antropología. Así, aparecen historiadores relacionados con los Annales comprometidos con el marxismo como Ernest Labrousse o Pierre Vilar; de atípicas posturas como Maurice Agulhon o Michel Vovelle; otros, como Fernand Braudel, imbuidos de estructuralismo; y, por fin, los historiadores de la tercera generación, sistematizadores de la historia de las mentalidades, emparentados también con las complejas tendencias filosóficas de los setenta, materializadas por antropólogos de talante multidisciplinar como Michel Foucault.

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