Читать книгу Ser padre con san José. Breve guía del aventurero de los tiempos posmodernos онлайн

4 страница из 49

San José, ruega por nosotros (tú tuviste un único hijo, pero me imagino que, siendo una persona divina, daría más guerra que los doce hijos de Jacob y su pobre hermana Dina).

LO PEOR DE NOSOTROS

1. Es cierto que los asesinos en serie, lejos de contribuir a la superpoblación, en realidad le ponen remedio. Es más, proporcionan un abundante y rico abono para la multiplicación de los insectos y las plantas, base de la biodiversidad. Por otra parte, aunque una noche te exterminen cerca del río, antes te permiten darte tu paseo. No te lo prohíben, como suelen hacer los genitores. No te reprochan defecto alguno antes de haberte concebido con la ilusión de convertirte en el heredero de sus deseos no cumplidos. El único problema de estos asesinos es su dependencia: sin genitores no serían nada. Si ya no nace nadie, ¿qué homicida habrá digno de tal nombre? ¿Y quién podrá seguir siendo víctima? ¿Quién podrá ser asesino (ya que también los asesinos han tenido padres)? Y, sobre todo, ¿quién quedará para admirar la exuberancia de las especies, para defender al oso pardo en la ONU y para recordar conmovido al tiranosaurio y al anomalocaris? No hay más remedio que admitirlo: en cuanto al anomalocaris, al tiranosaurio y al hermoso amonite en espiral, la Madre Naturaleza se deshizo de ellos ella sola, mucho antes de la aparición del hombre y sin ningún escrúpulo. Solo nuestros hijos pueden acordarse de ellos.

Правообладателям