Читать книгу Conservación en la Patagonia Chilena. Evaluación del conocimiento, oportunidades y desafíos онлайн

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Las modificaciones en la biodiversidad y en el funcionamiento de los ecosistemas producto de los cambios en el clima, son difíciles de predecir. Los estudios disponibles para la Patagonia chilena indican una tendencia a la reducción de la distribución del bosque siempreverde, turberas (Pliscoff et al., 2012) e importantes impactos sobre especies (Marquet et al., 2010) en interacción con otros motores de cambio como el fuego (Veblen y Markgraf, 1988; Armesto et al., 2010). La evidencia disponible señala que los ecosistemas Patagónicos han sido resilientes y capaces de adaptarse a las modificaciones del clima holocénico, sin embargo, se reportan grandes y abruptos cambios asociados a la colonización europea en el siglo XX lo que ha ido de la mano con un aumento en la incidencia de incendios, pérdida de hábitat e invasión de especies exóticas (Veblen et al., 2011, Moreno et al., 2019). En este contexto cobran especial relevancia las interacciones entre motores de cambio global. Como señala Iglesias y Whitlock (2014), “La débil relación entre el fuego y los humanos prehistóricos contrasta con la influencia que el asentamiento europeo tuvo en los regímenes de incendios. Al alterar la probabilidad de ignición mediante quemaduras accidentales y deliberadas, y al convertir grandes áreas de bosques nativos en comunidades propensas a incendios (e.g., plantaciones de pinos y eucaliptos), los europeos han aumentado gradualmente el riesgo de incendios en la Patagonia chilena. Es probable que esta tendencia continúe hacia el futuro con climas más secos, amenazando la regeneración de especies clave sensibles al fuego como A. chilensis”. Un incremento en las plantaciones de especies exóticas, junto a un clima más seco y cálido y un incremento en la abundancia de herbívoros exóticos que impacten la regeneración de las especies nativas, puede traer profundas consecuencias sobre la dinámica de los ecosistemas patagónicos chilenos y argentinos (e.g., Raffaele et al., 2011; Veblen et al., 2011). Finalmente, se reconoce en la zona costera de fiordos y canales de la Patagonia chilena un área relativamente expuesta a inundaciones y aumento en el nivel del mar a consecuencia del cambio climático (Camus et al., 2017; Winckler et al., 2019) dado que posee una gran extensión de área costera bajo los 10 m y debido a que se predice una intensificación en los eventos extremos como marejadas e inundaciones (Winckler et al., 2019) las que podrían tener importantes efectos negativos sobre el flujo de servicios ecosistémicos en la región (Iriarte et al., 2010).

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