Читать книгу Neurocreatividad. Hacia una evolución dirigida de nuestro cerebro онлайн

20 страница из 34

Cuando no desafiamos al cerebro, cuando lo hacemos circular por la autopista del confort, éste se acomoda en aquello que hace y empieza a perder tonicidad.

Nos volvemos amantes de las rutinas, de reutilizar nuestras experiencias y hasta nuestra vida.

Tenemos una rutina laboral. Pero cuando termina el horario, nos dirigimos todos las semanas a la misma hora a realizar alguna actividad social o deportiva. Es decir, estructuramos también una rutina del ocio.

Luego, ya en casa, continuamos con la rutina hogareña: desde el lugar en que nos sentamos en la mesa para comer hasta el programa televisivo que elegimos mirar.

Todo eso hace que nuestro cerebro actúe en función de las rutinas que tiene programadas por sus ganglios basales.

Existe un punto de inflexión concreto: los 40 años. A partir de ese momento, la naturaleza deja de desarrollar el cerebro y la responsabilidad de que continúe haciéndolo queda enteramente en nuestras manos.

Si no comenzamos a hacer algo para mantenerlo activo, para desafiarlo, entonces irá perdiendo neuronas y, consecuentemente, diversas capacidades. Entre ellas, la de ser creativo.

Правообладателям