Читать книгу Enemigos íntimos. España y los Estados Unidos antes de la Guerra de Cuba (1865-1898) онлайн
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Asimismo, no quiero dejar de recordar a mis compañeros de doctorado: Francisco José Rodrigo, Vanessa Núñez, Andrea Fernández-Montesinos, María Cristina Álvarez, María Migueláñez, Cristina Luz García o Miguel Artola Blanco, entre otros. Tampoco me puedo olvidar de los amigos que me han ayudado en tantos momentos sin saberlo: Moisés, Daniel, Marino, Carmen, Leopoldo, María Ángeles, Tomás, Chema, María y Fernanda.
Por último, este trabajo nunca hubiera sido posible sin el apoyo y la ayuda incondicional de toda mi familia, pero especialmente de mi madre, Ana, de mis dos hermanas, María y Asunción, y de mis tíos abuelos Lola, Josefina y Rafael.
Índice
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Prólogo
Rosario de la Torre del Río Universidad Complutense de Madrid
Tras la derrota de Napoleón y la reunión del Congreso de Viena (1814-1815), consumada la emancipación de los virreinatos americanos (1825), la Monarquía Española dejó de ser definitivamente aquella gran potencia atlántica que había sido en el siglo XVIII, sin ser todavía el pequeño Estado “euro-africano”, con su centro de gravedad estratégica en el estrecho de Gibraltar, que sería en la primera parte del siglo XX. Pues bien, en los setenta años que siguieron a la Emancipación, aquella reducida Monarquía Española se asentó sobre un amplio conjunto de territorios dispersos y aislados entre sí. Por un lado, el territorio peninsular, con una orografía abrupta que hacía muy difíciles las comunicaciones internas, situado en un confín de Europa, y comunicado con el continente por líneas férreas que no llegaron a Irún hasta 1864 y a Port Bou hasta 1878 y que cambiaban significativamente su ancho de vía al atravesar la frontera. Por otro lado, un amplio conjunto de islas en mares muy distantes: Baleares en el Mediterráneo y Canarias en el Atlántico, extremos del eje estratégico que pasaba por el estrecho de Gibraltar; Fernando Poo y otras islas menores en el golfo de Guinea; Cuba, Puerto Rico, y la parte oriental de Santo Domingo durante su fugaz integración (1861-1865), en el Caribe; Filipinas, Carolinas, Marianas y Palaos en el Pacífico. Finalmente, los enclaves africanos (Ceuta, Melilla, Alhucemas, Chafarinas y Vélez de la Gomera, así como la indeterminada Santa Cruz de Mar Pequeña cedida a España en 1860), y el territorio de Río Muni, en el golfo de Guinea.