Читать книгу El no alineamiento activo y América Latina. Una doctrina para el nuevo siglo онлайн

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En el ámbito regional es donde a primera vista hay menos incentivos y más constreñimientos para impulsar una diplomacia de equidistancia. El grado de fractura diplomática es tal que pensar en la agregación colectiva de intereses y de metas es irreal. Quizás, y con el objetivo de concebir una DDE en algunos países, es más razonable descansar en el minilateralismo: un multilateralismo de los pequeños números. Se trata de identificar unos temas concretos en los que existan intereses convergentes entre pocos países, así estén gobernados por diferentes coaliciones partidistas. Pueden ser cuestiones materiales –por ejemplo, los alimentos, la infraestructura–, cuestiones valorativas –por ejemplo, derechos humanos, avances en materia de género– y/o cuestiones geopolíticas –por ejemplo, la Antártida, la ciberseguridad– las que vayan aglutinando miradas y medidas comunes entre un conjunto acotado de naciones. Esa experiencia, gradual y efectiva, podría contribuir a concebir una diplomacia equidistante respecto a Estados Unidos y China.

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