Читать книгу El no alineamiento activo y América Latina. Una doctrina para el nuevo siglo онлайн

21 страница из 118

En otras palabras, el mundo ha dado un viraje de 180 grados. La teoría de la dependencia, originada en América Latina en los años sesenta, ha sido resucitada por los Estados Unidos en el nuevo siglo. Ahora no son ya los países del Tercer Mundo los que se sienten amenazados por la dinámica de la economía política global, ni son los que erigen barreras para protegerse de ella. Son los propios países desarrollados del Norte, y muy prominentemente los Estados Unidos, los que abrazan el proteccionismo y el aislacionismo como banderas, reniegan del libre comercio, y promueven lo que llaman “comercio justo”. Y, no contentos con erigir esas barreras en sus propias fronteras, están empeñados en erigirlas también en los países latinoamericanos.

El neo-proteccionismo del Norte en la práctica

Un ejemplo de ello es el préstamo de 3.500 millones de dólares de la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional (IDFC), entidad del gobierno estadounidense, a Ecuador. En los inicios de la pandemia covid-19, Ecuador fue zona cero de la epidemia en la región, con los cadáveres apilándose en las calles de Guayaquil. Además, con la caída de los precios del petróleo, se agravaron los problemas de la deuda externa del país. Aprovechándose de ello, en el mes de enero de 2021, ya a fines del gobierno del presidente Trump, el IDFC llevó la tan criticada condicionalidad de los préstamos de las instituciones financieras internacionales occidentales a nuevos extremos. El préstamo vino con dos condiciones. La primera fue que Ecuador se comprometiera a no utilizar ningún tipo de tecnología china en su red de telecomunicaciones. La segunda, que privatizara activos del sector público por un monto equivalente al préstamo. Como si fuese poco, los activos a ser privatizados no serían determinados por el gobierno de Ecuador, sino que en forma conjunta por ambas partes. Según Adam Boehler, el director ejecutivo saliente de la IFDC, este sería un “modelo novedoso” para expulsar a China de los países latinoamericanos, que lo había discutido con el equipo de transición de Biden, que lo habría visto como un “enfoque interesante e innovador” (Gallagher y Heine 2021).

Правообладателям