Читать книгу Pasados presentes. Tradiciones historiográficas en la musicología europea (1870-1930) онлайн
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TEOLOGÍA
En el siglo XIX, al igual que las demás disciplinas humanísticas, la musicología alemana –y, en mucho menor grado, austriaca– también se sometió a la agenda chovinista de lo nacional. Si la música era evidentemente una parte integrante de la cultura nacional, la musicología debía asumir la tarea de construir una historia de la música nacional coherente en sí misma. Sobre todo en los años del Imperio guillermino (1871-1918), llama la atención la importancia de la fachada protestante de esta construcción nacional pese a que casi el 40% de la población en las fronteras del entonces Imperio alemán se adhería a la Iglesia católica romana.
Debido a la mucho mayor representación de los protestantes en las universidades, de administración exclusivamente estatal, puede constatarse una parecida preferencia por tradiciones y puntos de vista específicamente protestantes también en otras disciplinas históricas; no obstante, llama la atención la medida en que estas distorsiones han caracterizado la musicología hasta hoy. Este hecho también puede apreciarse directamente a partir del trasfondo biográfico de eminentes historiadores de la música: en cuanto hijo de pastor, Philipp Spitta (Wechold bei Hoya, 1841-Berlín, 1894) estudió Teología y Filología Clásica; el pionero de la investigación sobre Bach, que fue nombrado en 1873 profesor extraordinario en Berlín, se doctoró en 1864 en Göttingen, una vez más, con una disertación filológica sobre la sintaxis en Tácito. Hermann Kretzschmar (Olbernhau in Sachsen, 1848-Berlín, 1924) también estuvo familiarizado desde la más temprana infancia con los rituales de la Iglesia luterana, a través de su padre, que trabajaba como Kantor y organista; por lo demás, también estudió en primer lugar Filología Clásica en Leipzig. Hugo Riemann (Groß Mehlra in Thüringen, 1849-Leipzig, 1919) procedía de una familia terrateniente, pero pasó su etapa escolar en la escuela conventual de Roßleben, un internado decididamente protestante en Turingia, antes de verse encaminado, en primera instancia, hacia los estudios de jurisprudencia. Friedrich Ludwig (Potsdam, 1872-Göttingen, 1930) consideró conveniente subrayar explícitamente, en un breve texto autobiográfico, su proveniencia «de familia estrictamente luterana». Pero también otros importantes musicólogos de la generación de los nacidos alrededor de 1870 se formaron en ambientes protestantes, como por ejemplo Hermann Abert (Stuttgart, 1871-Stuttgart, 1927), quien a su vez había estudiado en primer lugar Filología Clásica, o Arnold Schering (Breslau [hoy Wrocław, Polonia], 1877-Berlín, 1941) e incluso Adolf Sandberger (Würzburg, 1864-Múnich, 1943), que trabajó desde 1900 en la universidad de una antigua capital católica como Múnich.