Читать книгу La transición española. Una visión desde Cataluña. Tomo I онлайн

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En el Ejército habría una depuración de mandos superiores, medios e inferiores sustituyéndolos por la oficialidad de Milicias preparadas concienzudamente, consiguiendo que el órgano militar tuviera como única misión la defensa de España contra las agresiones que pudieran recibirse de cualquier país enemigo. Finalmente, en la política de compensaciones e indemnizaciones, se promovería una Caja Nacional de reparaciones a las víctimas del falangismo, revisándose también la legislación falangista.

Ahora, en la perspectiva actual conocemos que todos estos proyectos basados en el retorno a una legalidad republicana no llegaron a realizarse; sin embargo, cabe señalar que la Alianza fue el primer organismo unitario estatal, después de finalizar la guerra en España, en que participó el Partido Comunista de España (PCE), que se incorporó meses después de la fundación de esta9, aunque su actuación podría calificarse de efímera ya que esta organización unitaria desapareció tras sufrir intensas persecuciones policiales que culminaron con la captura íntegra de su Consejo Nacional. Su composición estuvo formada por Izquierda Republicana (IR), Unión Republicana (UR), Partido Republicano Federal (PRF), Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Unión General de Trabajadores (UGT), la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT) y el Movimiento Libertario. Mientras tanto, en el interior del país, la militancia, sobre todo socialista, observaba y seguía las indicaciones de sus líderes exiliados, al menos los que quedaban tras la muerte en prisión de Julián Besteiro10 y la situación de Francisco Largo Caballero11, preso en el campo de exterminio de Mauthausen. No obstante, en el exterior, otros políticos republicanos encabezados por Indalecio Prieto12 intentaban mantener un diálogo fluido con las fuerzas aliadas en busca de un acuerdo favorable al derrocamiento del general Franco, resultando este esfuerzo inútil, pues las reglas del juego político mundial habían cambiado, presentándose el gobierno franquista como un aliado a los intereses del nuevo bloque occidental capitaneado por los EE.UU.


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