Читать книгу La transición española. Una visión desde Cataluña. Tomo I онлайн
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El ritmo de vida dentro de la cárcel Modelo cambió con la llegada de los 113 detenidos, al menos para los que ya residían en sus celdas por diversos motivos políticos o sociales. Joan Ferran Serafíni era uno de los internos que presenció su llegada describiéndola de esta forma:
«Y en eso llegó, no Fidel, pero sí arribaron la parte masculina de los 113 detenidos de la Asamblea de Cataluña. Y todo cambió de la noche a la mañana. El franquismo podía ser cruel, pero no tonto. Era consciente de que entre aquel aluvión de detenidos se hallaba el embrión de los posibles nuevos dirigentes sindicales y altos cargos de la Generalitat. Allí había hilo directo con algunas cancillerías y gobiernos de los principales países europeos. Sí, sí, todo cambió. Se repararon las ventanas de los habitáculos, se adecentaron las duchas, se exterminaron los chinches, se recolocaron los cristales olvidados. En las celdas se dispusieron separadores para defecar sin ser contemplado por los compañeros. Mejoró el menú y la atención y educación de los funcionarios. Hubo despensa para guardar los excedentes de comida consecuencia de la ola de solidaridad. Se dispuso una celda para biblioteca (...). En un plisplás se liberalizó el régimen interno de la centenaria cárcel Modelo. (...). Con la llegada de la Asamblea de Cataluña las condiciones de vida en prisión mejoraron, pero solo temporalmente. La puesta en libertad de sus miembros, un par de meses después implicó que cada cosa volviera a su antiguo lugar.»368