Читать книгу El cielo Ideal онлайн
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o cantar los murciélagos (está de moda). O mirarte tú misma y
sorprenderte sin ya más deseos sin más ya saber que hacer con la tarde
Aquí acabo. Me sorprendo hablando como esos que se reunían en torno
a una mesa de mármol: poetas proletarios, poetas revolucionarios,
poetas punkys, poetas clásicos, poetas surrealistas, poetas láricos,
antipoetas del barrio alto tratando de imitar en sus poemas el lenguaje
del bajo pueblo (estética de la siutiquería al revés, antropología de la
callampería). «Vengan hacia mí las palabras de todos los días», pedía
Humberto, palabras como cigarros húmedos que se fuman a orillas del
mar, pasando de mano en mano el melón calameño lleno de vino. Mejor
voy a dormir
Discurso del manobrero de alcantarillas
Trabajadores de mi patria:
He bebido
Toda la tarde
Y con la llegada
De la noche
Ha partido
A caballo
Mi fe
Mi antigua
Convicción
Que algún día
Será para todos
Repartido el pan
Serán de todos
Estas autopistas
Por donde transita
El señorío