Читать книгу Apuntes de Historia de la Iglesia 6. Edad Contemporánea - Siglo XX онлайн

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Mientras esto sucede, la agitación crece. Sólo en San Petersburgo, en 1905, se declara en huelga casi un millón de obreros. En las aldeas, por todo el país, se multiplican las ocupaciones de tierras y los asaltos a las casas de la nobleza. Zonas enteras quedan sin control sometidas al bandidaje. Acontecimiento decisivo fue entonces el motín de los marinos del acorazado Potemkin en verano de 1905 en aguas del Mar Negro, al que siguieron otros motines militares durante casi un año, reclamando, junto a mejores condiciones para ellos, una constitución liberal para el país.

Ante las presiones, Nicolás II (1894-1917) decide acceder a que se constituya una asamblea legislativa, pero de poderes muy limitados. No tuvo efecto alguno: las huelgas y manifestaciones aún crecieron más. En octubre de 1905 se llega a una huelga política general contra la autocracia del zar. A falta de otras instituciones, grupos de obreros comienzan a formar consejos (soviets) en las fábricas, que luego se unen en un soviet de cada ciudad. En San Petersburgo, el dirigente más activo y capaz del soviet de representantes de la ciudad era el menchevique Trotski. Lenin y sus bolcheviques, antes un tanto reticentes, se le suman.

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